Todo lo que nos cuenta el color


Esta semana, más que una recomendación va a ser un análisis de las dos últimas películas de Harry Potter, Harry Potter y las reliquias de la muerte. Parte I y II. Esta entrada contiene spoilers, si no las has visto y planeas verlas no continúes leyendo. 

Para quien no conozca estas películas, ambas están basadas en el séptimo y último libro de su saga homónima, escrita por J.K. Rowling, y es el desenlace donde Harry Potter se enfrenta a su destino como el "Elegido" en su lucha contra el Señor Tenebroso, Lord Voldemort.

Las películas comienzan con el trío de oro (Harry, Ron y Hermione) decididos a encontrar y destruir los horrocruxes que contienen fragmentos del alma de Voldemort. La búsqueda de dichos objetos hacen que los tres chicos se enfrenten a obstáculos que ponen a prueba su amistad y en peligro su vida. Mientras los tres estudiantes están en la aventura el Señor Tenebroso toma el control del Ministerio de Magia y ha empezado una cacería a toda aquella persona que se oponga a él. 

Durante la búsqueda Harry conoce la leyenda de las Reliquias de la Muerte, tres objetos legendarios que te otorgan un gran poder: la varita del sauco, la capa de invisibilidad y la piedra de la resurrección. Poco después de que conozcan la existencia de dichos objetos sufren una emboscada y terminan retenidos por los subordinados de Voldemort en la mansión de los Malfoy, de donde podrán huir gracias a Dobby, que morirá en los brazos de Harry apuñalado por Bellatrix. 

Una vez llegan a Hogsmeade y tras conocer a Aberforth y Ariana Dumbledore, el trío vuelve a Hogwarts para encontrar la diadema de Rowena Ravenclaw, uno de los últimos horrocruxes. Su llegada no es un secreto para Voldemort que les pide a los alumnos de Hogwarts que le entreguen a Harry, petición a la cual se niegan la mayoría de los estudiantes. En ese momento empieza la guerra. 

Durante la guerra, hay una discusión entre Snape y Voldemort que termina con la muerte del primero. Harry, Hermione y Ron están en los últimos momentos del profesor que, mediante sus lágrimas y el pensatorium, hace que Harry conozca toda la historia de su pasado, la historia de sus padres y su muerte, para terminar descubriendo que él mismo es un horrocrux. En ese momento, vuelve al comedor para conocer que uno de los hermanos Weasley, Fred, ha muerto, junto a muchos otros conocidos. Voldemort da un aviso: la guerra terminará si Harry se entrega en el Bosque Prohibido. 

Harry va allí y muere, rompiendo así el Horrocrux que vive en él, pero revive gracias a que parte de él también está en Voldemort. Narcissa comprueba si ha muerto el Elegido, pero miente al saber que Draco está vivo. Hagrid portará el supuesto cadáver de Harry de vuelta hasta Hogwarts donde se reanudará la batalla y se dará el duelo a muerte entre Harry Potter y Lord Voldemort, que culminará con la victoria del más joven. 




Una vez conocemos todos los acontecimientos que pasan en estas películas podemos hablar más libremente de la psicología del color durante toda la saga y centrarnos en el papel tan importante que tiene en estas dos últimas. 

En Harry Potter y las Reliquias de la Muerte. Parte I  no queda rastro de los colores anaranjados y azulados que caracterizaban las primeras películas, reforzando así el sentimiento de soledad y el hecho de que la felicidad, protección y calidez del principio de la saga ya no existe. 



Durante toda la película vemos una paleta de colores llena de colores grisáceos. La psicología del color dice que este color tan apático representa la soledad, la tristeza… Estos sentimientos están muy relacionados con el estado de ánimo de Harry ya que ha estado vagando por sitios inhóspitos, malviviendo, siendo perseguidos, sin un rumbo fijo y, sobre todo, ha tenido una fuerte pelea con su mejor amigo, Ron, que termina con la marcha de este último.

Si hablamos de las localizaciones de esta parte, están cuidadosamente elegidas. La gran mayoría de los paisajes son inhóspitos y de colores tristes, de esta manera se transmite al espectador esa sensación de soledad que sienten los tres estudiantes.


Representa un poco la tranquilidad antes de la tormenta, o la guerra en este caso, durante toda la película no se encuentran con prácticamente nadie, y cuando lo hacen terminan en peleas. La historia en sí es un poco lenta porque tiene que explicar todos los horrocruxes, cómo afectan a la personalidad y cómo los protagonistas superan problemas más mentales que físicos, como son el agotamiento mental, la desconfianza entre ellos y la falta de confianza en uno mismo. Ese ritmo tan lento es realzado por los colores monótonos y un montaje muy poco dinámico, que solo se rompe cuando hay peleas o están huyendo.

Durante todo el largometraje solo hay dos momentos notablemente más cálidos que el resto: cuando Harry y Hermione bailan en la tienda y el entierro de Dobby.

Estas dos escenas están cargadas de sentimientos. En la primera es la calidez de la amistad y el apoyo que tienen Hermione y Harry. En la segunda, por otro lado, es el cariño y el vínculo que tenían el trío de oro y Dobby, la lealtad y el cariño de darle un entierro digno como uno más de ellos, no como alguien inferior.


Si en la anterior película las localizaciones eran desconocidas en esta parte es todo lo contrario, encontramos escenarios previamente conocidos pero con una paleta totalmente oscura, de colores débiles y fríos. Ya nada queda de la vida que conocíamos, ahora solo queda tristeza y miedo.




Por ejemplo Gringotts, la primera imagen es de Harry Potter y la Piedra Filosofal, la primera vez que Harry va al banco, la segunda imagen es de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Parte 2, la última vez que va.

Como podemos ver de manera muy clara, los colores ya no son cálidos (naranjas) sino que son muy fríos (verdes y marrones oscuros). El color verde tiene una gran importancia durante toda la saga de Harry Potter ya que se le relaciona no solo con la casa de Slytherin (cuyo animal es la serpiente), sino también con el Señor Tenebroso. Esta relación es claramente visible cuando Harry está en el comedor y Voldemort habla, la escena se tinta de un verde que desaparece en cuanto el antagonista deja de hablar.


En el momento de la muerte de Harry toda la secuencia se desarrolla en una localización blanca. Según la psicología de color el blanco es el color de la pureza, la calma y la paz, atributos muy relacionados con el limbo en el que se encuentra Harry, entre la vida y la muerte.





Esta relación de Voldemort con el verde se vuelve a ver en la batalla final, cuando Harry está lanzando un rayo rojo y el líder de los mortífagos uno verde. Esta dualidad puede relacionarse con varias cosas:
  • Dualidad Slytherin (verde) - Gryffindor (rojo).
  • Miedo y terror (verde) - Calidez y protección (rojo).
  • Maldad (verde) - Amor (rojo).
Ambos son colores complementarios y, por ello, crean aún más contraste que si fueran dos colores que están al lado en la rueda cromática.



Tras la muerte de Voldemort, la esperanza vuelve a aparecer y, con ello, la luz y los colores un poco más vivos. 



La película cierra la saga con unos colores vivos, al igual que la empieza, pero menos llamativos ya que son más adultos y han tenido que pasar por grandes desafíos que los han hecho madurar. 

Respecto a la oscuridad de las películas, no se oscurecen de golpe en las dos últimas, sino que va siendo progresivo. 

En la primera entrega todos los colores son muy vivos y saturados, pertenecen a una paleta de color característica de los niños. Cuando Harry se enfrenta a Voldemort la pelea también es en colores cálidos.



En la segunda película empiezan a introducirse los colores más oscuros como el negro, ya que los protagonistas han crecido un poco y ya han pasado el primer desafío. En este caso, la tonalidad de la pelea con Voldemort es más verdosa y oscura, mostrando que es más fuerte y malévolo que en la entrega anterior.



En la tercera parte, los colores ya van cambiando y siendo más oscuros, las paletas están controladas por colores fríos como el azul. En esta película se da el primer ataque de los dementores en el Expreso de Hogwarts, y con ellos traen una gran neblina y helada.



En la cuarta película,  no hay una paleta clara durante toda la película, pero si hay un cambio: los colores amarillos que tendrían que ser cálidos tienen un matiz verde, dando así la sensación de incomodidad y de que algo va a pasar. La muerte de Cedric Diggory es la primera muerte de un alumno en toda la saga. 



La quinta película la trama se vuelve mucho más oscura y, junto a ella, los colores. La estética general oscila entre los tonos oscuros del verde y el azul. Mientras que el primero se puede relacionar con la maldad de Voldemort, el azul no solo representa la tristeza que siente Harry por la muerte de Cedric y Sirius, sino también las alucinaciones y visiones que tiene. Dolores Umbridge, viste de un color rosa chillón, color que representa la amabilidad, la tranquilidad, la sensibilidad, y la ternura, características totalmente contrarias a lo que realmente ella es. La profesora utiliza este color para dar una impresión mucho mejor a como ella se comporta realmente.


La sexta entrega rompe con la estética y se caracteriza por una tonalidad marrón que las anteriores no tenían, casi parece que la película esté rodada con un filtro de color sepia. Este color hace que el espectador esté intranquilo y melancólico, como si se estuviera despidiendo de alguien, algo que casi al final de la película pasará por partida doble: Dumbledore muere y el trío de oro abandonará Hogwarts para buscar los horrocruxes. 
Al morir Dumbledore se lleva con él los pocos colores cálidos que quedaban ya que él representaba la protección y la guía tanto de Harry, como de la escuela en general.


Conforme avanza la trama se va volviendo más oscura, igual que los colores ya que las tonalidades oscuras y los colores débiles acentúan el dramatismo y la sensación de tragedia. 

En conclusión, el color en la saga de Harry Potter tiene una gran importancia, todo está pensado al milímetro y se utiliza de una manera que potencia todas las sensaciones y emociones a la vez que nos va dando pistas de la trama. Es un elemento más, tan importante como un protagonista podría decirse. 


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