Maybe once upon a time we were all Lady Bird
Fue elegida por el National Board of Review, el American Film Institute y la revista Time como una de las 10 mejores películas de 2017; y ganó un Globo de Oro a Mejor Película musical o comedia y Mejor Actriz protagonista de un musical o comedia (Ronan).
La película esta ambientada en 2002-2003 y cuanta la historia de Christine “Lady Bird” McPherson. Está es una estudiante de 17 años que cursa el último año en una escuela secundaria católica en Sacramento, California. Vive con su hermano y su novia y con sus padres, con quienes tiene una relación tensa. Vemos como esta va conociendo a una serie de personas que cambiarán su forma de ver el mundo y de verse a sí misma. Cuando conoce a Julie esta se convierte en su mejor amiga y juntas se apuntan al programa de teatro. Allí conoce y se enamora de Danny O’Neill y comienzan una relación que no acabará como ella esperaba. Posteriormente, conocerá y se enamorara de Kyle y empezará a cambiar su forma de actuar y sus relaciones para intentar encajar. Ya en el final la joven acepta quien es, se da cuenta de lo que realmente quiere y deja de vivir una vida que no le pertenece ni le hace sentir completa. Además, vemos como Lady Bird lucha por irse lejos de casa y, una vez conseguido, se da cuenta que no todo iba a mejorar por poner distancia, acabando con su reconciliación con la familia.
Greta, en el filme, retrata duelos, depresión y búsqueda de uno mismo y de un camino a seguir. Nos cuenta una historia sobre madres e hijas, con cierto toque autobiográfico pues, aunque la cineasta no vivió con exactitud nada de lo que le ocurre a la joven estadounidense, esta asegura que hay cierta verdad en todo lo relatado.
Puede que lo más destacable del largometraje sea como el director de fotografía consigue, sin duda alguna, que este se sintiera como un recuerdo; como la protagonista no utilizó ningún tipo de maquillaje para tapar sus imperfecciones y su acné, viéndose, así, como una adolescente real; como Greta crea un excelente mundo y personajes ya que era algo que conocía muy bien; como el guion esta excepcionalmente bien escrito, lleno de juegos de palabras y argumentos vivaces y en el que cada diálogo, natural y cercano, suena como algo real, pues, nos lleva a la más simple y llana cotidianidad; como las actuaciones son realmente buenas, se trata de personas reales interpretadas de manera honesta; y como los ritmos de la edición y las decisiones de acompañamiento musical completan un maravilloso trabajo.
A lo largo de la película se deja ver esa inocencia y ternura que siempre hay alrededor de los jovenes, aunque estos demuestren estar cabreados con el mundo. Por ejemplo, cuando la hermana Sarah Joan le dice a Lady Bird que en su ensayo “queda claro cuánto amas Sacramento”, a pesar de sus insistencias en asegurar que lo odia, llega un momento en el que vemos más allá de lo que se muestra sobre la protagonista y conseguimos identificarnos, pues, todo adolescente ha querido marcharse de su casa, a pesar de que siempre queda ese resquicio de nostalgia y cariño hacia el lugar que te vio crecer.
Con todo este se debe recalcar el trabajo de Ronan, quien interpreta a Christine con una precisión impresionante. Consigue retratar a la perfección a esta protagonista que trata duramente a todos los que la rodean y, sobre todo, a ella misma, ya que insiste en reivindicar su individualidad, incluso cuando ni ella sabe cual es; esta protagonista que lucha por saber quien quiere ser con una mezcla de confianza e inseguridad, exactamente como es un verdadero adolescente sensible; y esta protagonista que quiere satisfacer los estándares de su madre, por muy altos que sean, a la vez que quiere ser fiel a sus propios deseos y convicciones. Está protagonista que se relaciona con personajes ya conocidos, aunque esta vez no se les trata como caricaturas ni se les trata con crueldad y desdén a pesar de su crítica hacia los mismos.
Gerwig consiguió cautivarnos en el momento en el que trata a la perfección ese último año de instituto, esa vida adolescente con desengaños, exámenes, graduaciones, bailes, peleas, relaciones, universidades y sueños rotos y reconstruidos. Logra dar a este típico genero, tratado anteriormente como convencional y de color de rosa, una sensación de frescura, sorpresa y realidad; y proyectar, con mimo y sensibilidad, una mirada nostálgica y cálida a la adolescencia.
Sin embargo, lo más importante del filme es un aspecto de la narración cinematográfica, el cual consigue que este llegue completamente hasta el corazón del espectador: la empatía con el personaje protagonista. En este podemos ver un reflejo de nosotros mismos y como compartimos o hemos compartido inquietudes y conflictos; potenciándose, así, el impacto emocional de la película.
En conclusión, se trata, sin lugar a duda, de una versión derrotista de una comedia adolescente; una que nos hace vivir una experiencia única e irrepetible. Una película en la que lo que de verdad importa es entender que la atención es una forma de amar: si prestas atención a cada detalle te enamorarás de ella, aunque a primera vista parezca simple y lenta; en la que Greta nos da una mirada actual y femenina, muy crítica y poco condescendiente con una sociedad que defiende la libertada y la espontaneidad, pero se mantiene sujeta a las apariencias, los estereotipos y lo políticamente correcto.
Al final nos queda ese sentimiento agridulce de quien ha visto a alguien crecer y volverse una versión mejor y distinta de sí misma, y que sabe que ha llegado el momento de dejarla marchar. Y, a pesar de ello, se quedará siempre en nuestro corazón ya que todos hemos pasado por ese momento en el que intentamos encajar en un mundo que parece no ser para nosotros, hemos peleado con nuestras familias y hemos intentado descubrir nuestra verdadera identidad.
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