Kogonada, un experto en arquitectura y personajes


El hogar puede ser un lugar complejo, tanto para aquellos con un apego constante el cual les impide avanzar, como para esas personas las cuales se ven incapaces de volver a él. Ambas necesitan apreciar lo que les envuelve antes de aprender lecciones que les cambiarán el rumbo, tanto de manera profesional como personal.

Columbus (Kogonada, 2017), concebida como el primer largometraje del director, es una obra lenta y calmada, sobre la conexión, sus excesos y su falta de esta. Esta trama se narra desde dos puntos de vista, el de Cassey, una joven entusiasmada con la arquitectura y encerrada en la pequeña ciudad, Columbus, a causa de su madre; y Jin, hijo de un famoso arquitecto, el cual se ve forzado a regresar debido al grave estado de salud en el que se encuentra su pariente.

 


Si lo que andabas buscando era una comedia romántica, como la describe Google, lamento decepcionarte, pero este no podría estar más equivocado. En otras palabras, sería más adecuado calificarla como un drama familiar.

El filme destaca, principalmente, por su gran fotografía: con sus grandes planos generales, encargados de mostrarnos la belleza minimalista de la arquitectura contemporánea, y con sus planos más sencillos, pero íntimos, los cuales nos permiten conocerlos de manera silenciosa, entrometiendo en su vida diaria. La fotografía fija, la cual reina en la totalidad del filme (menos en contados suaves travellings), nos permite observar con mayor detalle, sutiles matices que diferencian un mensaje sencillo, de una compleja realidad a la que viven los personajes.


Aún así, hay que admitir, que si eres una persona propensa a dormirse con películas lentas, esta no es para ti. Columbus, a la vez de destacar por sus profundos diálogos, también lo hace por sus largos silencios, los cuales se hacen con el control de los momentos más íntimos de ambos y logran que el espectador conecte mucho más con esos complejos sentimientos.

El largometraje peca en muchos momentos de predecible, aun así, Kogonada no se centra tanto en el final, sino en el proceso y en la ayuda mutua que ambos se ofrecen para lograr alcanzar esa evolución.



En definitiva, se siente como una gran lección sobre arquitectura, conexiones, y familia, que te deja reflexionando al acabarla. La película se encuentra disponible en la plataforma Filmin. Eso sí prepara bien la cartera porque tras finalizar, seguro que mirarás los vuelos más próximos a Columbus, de manera inmediata.








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